El PP reprocha en el pleno al gobierno local el gasto de la alcaldía en canapés
Denuncia que destina 1.000 euros diarios, mientras que para la Cocina Económica solo 38
La aprobación de una modificación del presupuesto municipal, con un incremento del 16,5 millones de euros, sirvió en el pleno de ayer para que la oposición, que se abstuvo, recriminase al alcalde los gastos superfluos, reprochándole una ayuda de 38 euros diarios a la Cocina Económica «mientras que para los canapés del alcalde hay 1.000», dijo el concejal del PP Ramón Coira.
De poco sirvió que la concejala de Hacienda, Carmen Marón, desgranase «la apuesta por la protección social y el empleo» que, según recalcó, significará en la segunda mitad del año el incremento presupuestario «para, sobre todo, hacer frente a la crisis» con ayudas de emergencia social, apoyo a compañías aéreas y fiestas para dinamizar la economía, consolidación en el capítulo de personal o la ampliación del bonobús. «Este Ayuntamiento -dijo- prioriza la solidaridad en derechos y el apoyo a entidades» y argumentó que ello es posible «gracias a una economía municipal saneada». Según Marón, el Ayuntamiento tiene en ejecución obra pública por valor de 90 millones de euros, ha disminuido la presión fiscal cinco puntos bajo el IPC, ha incrementado los presupuestos un 14% en dos años, en la actualidad está ya comprometido el 84% del dinero para este año, se ha licitado el 60% de la inversión y se paga a proveedores a 50-52 días. «No tenemos problemas de liquidez y en deuda estamos muy por debajo de la media española», añadió.
Frente a ello, el popular Coira arremetió no solo contra «la unión temporal de partidos», que, según valoró, fuerza una «relación idílica en materia presupuestaria entre PSOE y BNG», al que acusó de incoherente, sino que criticó la «nefasta gestión del bipartito, que no es capaz de ejecutar ni el 40% del presupuesto; lo único que ha ejecutado son los caprichos del alcalde: el tren chuchú, el ascensor de San Pedro o el autobús catastrófico del alcalde». «Da prioridad y es solidario -añadió- con el alcalde, porque con la Cocina Económica...»
Acusó también Coira al gobierno local de «saltarse a la torera el control de la Ley de Contratos del Estado» y cifró en 44.700 euros semanales el gasto en «facturas irregulares».
Marón tildó de demagógica a la oposición e instó al PP a abandonar «el argumentario de mentiras de Madrid». «La ciudad no se merece una oposición pegada a la catástrofe, siempre a la espera de una huelga o un desastre», dijo.
El PP votó en contra de las contribuciones especiales por la compra de un vehículo de transporte de personal y de un centro móvil de coordinación para el servicio de extinción de incendios, un cargo de 66.667 euros (el 10% del total) para las arcas municipales, por considerar que refleja «el desgobierno y la improvisación» del gobierno local, en palabras de Juan de Dios Ruano, que acusó al bipartito de «una búsqueda obsesiva de la foto con el cachivache de turno, el gadgetomóvil del inspector Losada».
Se aprobó por unanimidad el personamiento del Concello en cinco procesos judiciales, tres por el cambio del trazado de la tercera ronda donde se construye el centro comercial Marineda Plaza, si bien el PP aprovechó para reprochar al Ayuntamiento la obligación de abonar 222.222 euros por «no defenderse» ante una reclamación por las expropiaciones de la misma vía en la ronda de Outeiro. La oposición asegura que la Concejalía de Urbanismo no remitió a la asesoría jurídica la documentación necesaria para la defensa.
Debate por los realojos en San Roque y las mejoras en Pedralonga
También causaron debate las preguntas orales del PP sobre Pedralonga, «ejemplo de incumplimiento de palabra y abandono de los barrios», según la concejala Esther González, que instó a Losada a dar «menos paseos por las obras de ZP y la calle Real» y visitar más un vecindario que «se queja desde 1998». Por el PSOE, Florencio Cardador recordó que el presidente vecinal había manifestado que la presencia del 092 había disminuido la delincuencia en torno a un viejo lavadero, que, anunció, se va a tirar, y que se planteará la posibilidad de instalar un paso elevado, además de aplicar el uso del radar para que se cumpla la zona 30 en la avenida de Montserrat. «Es verdad que falta un tema de urbanización pendiente -dijo dirigiéndose a la bancada popular- pero creo que se repiten para generar un estado de malestar que no se corresponde con el de los vecinos; están en permanente campaña electoral».
El realojo de los vecinos de San Roque de Afuera avivó el debate entre Miguel Lorenzo y Obdulia Taboadela. El primero dijo que el gobierno local «carece de cualquier preocupación social» por las «condiciones indignas que soportan desde hace nueve años, y la edila lo instó a «buscar a la primera persona que este Ayuntamiento haya dejado tirada».
Críticas a la publicidad del plan inversor municipal
Roberto Coira sacó en el pleno uno de los carteles que sobre el plan inversor municipal se encuentran distribuidos en portales. «No se trata solo de pegar panfletos por toda la ciudad», dijo el edil popular en alusión a la gestión de los presupuestos y a la falta de conexión con las inquietudes de la ciudadanía, y eludió críticas sobre el coruñesismo del PP porque «para nosotros el orgullo de ciudad es el diagnóstico acertado de los problemas y su solución; no es orgullo su manifiesta incapacidad para ejecutar el presupuesto, ni las partidas extrajudiciales».
Longueira acusa a Mourelo de «agitar a las masas» en contra de la integración de Penamoa. Los populares exigen a Losada que active la Junta de Seguridad Local
Penamoa puso ayer en el pleno ordinario el cruce verbal entre gobierno y oposición más duro de las dos horas de sesión. La concejala de Servicios Sociales, Silvia Longueira, acusó al PP de «agitar a las masas» en contra de la integración y equiparó su comportamiento al de «una pandilla de adolescentes que monta bulla en el recreo».
La discusión se inició con una pregunta de los populares sobre las acciones del Ayuntamiento para erradicar el tráfico de drogas en el poblado. Longueira, enumeró sucintamente las actuaciones de la Policía Local, tanto durante las voladuras para la tercera ronda, como la disponibilidad diaria, aseguró, de una unidad destacada como apoyo a la Policía Nacional, a la que se suman, explicó, las intervenciones de la policía judicial.
La respuesta de Longueira no convenció al edil Julio Flores, que recordó que «Penamoa nació y creció con estos veinte años de gobierno municipal socialista, y las cosas siguen igual». Recordó también que el viernes, los vecinos del Ventorrillo «indignados y más que hartos» se echaron a la calle a manifestarse, y culpó a Losada de «ser el hombre invisible». «No diga que es cosa de la Policía Nacional», añadió, antes de indicar los «compromisos por escrito» del ejecutivo. «Siente al delegado del Gobierno y reactive la Junta de Seguridad Local», dijo dirigiéndose al alcalde.
Longueira, entonces, además de admirar la capacidad de la oposición por apuntarse a todas las «partidas de caracoles», recordó al PP que la visita a Penamoa «es la foto que les falta», y conminó al grupo municipal a visitar el poblado con «ese adalid de la integración que tienen en Mourelo». Al recién incorporado edil conservador, hasta ahora presidente de la asociación de vecinos O Cruceiro-Oza-Urbanización Soto, dedicó la concejala de Servicios Sociales las palabras más crudas: «Se dedicó a agitar a las masas», dijo, y recordó también que dejó «estupefacto» al barrio del Castrillón con la propuesta de revisar las solicitudes de pisos oficiales «si su apellido parecía o no de etnia gitana». «Eso -recalcó- tiene un nombre y es feo». Y añadió: «Tengan en cuenta que hay gitanos rubios».
La concejala recriminó también a los populares que su preocupación por Penamoa no se haya plasmado en su programa electoral, ya que «no dedican ni una sola línea a las drogas y al chabolismo» y los acusó también de «no aspirar a nada más que a derribar al adversario».
A juicio de Longueira, si desde el gobierno municipal se practicase «la misma insensatez endémica», le exigiría a la conselleira de Sanidad, la ex edil Pilar Farjas, un plan sanitario contra el consumo de drogas «ya, pero ya, que con lo que llevan prometido me lo arreglan con la venta de tres Audis», y cerró su intervención aludiendo a la reputación: «Tienen la apariencia de una pandilla de adolescentes montando bulla en el recreo, y van camino de serlo».
Fuente: La Voz de Galicia. Martes 2 de junio 2009
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